Abordamos “la cuestión de los intelectuales”, enfatizando que este ha sido, y es, un asunto de escasa preocupación de las ciencias sociales en el país. En el tema central de este número, retomamos esta problemática. En la presentación de ese número señalamos que: “El ámbito de las ciencias sociales se halla presionado a cumplir un papel funcional hacia las actividades estatales”. Este, que fue el ambiente de aquel entonces, sigue válido para el actual momento, aunque se ha restringido por los recortes gubernamentales. Sin embargo, es notoria la recuperación de las universidades que mantienen revistas, muchas de ellas vía internet, sin que necesariamente, ello implique la consolidación, al menos el inicio, de una comunidad académica, con el consiguiente debate de las ideas.