Abdalá Bucaram buscó siempre presentar su imagen como la encarnación de lo popular en contra de la oligarquía. Por otro lado, las élites se legitimaron presentando a Bucaram como la antirazón y la negación de lo debe ser la política ecuatoriana.
Bucaram también evidenciaba su relación ambigua con los sectores populares. Por un lado, representaba la irrupción de la cultura popular en contra de la cultura de las élites. Pero, por otro lado, su liderazgo autoritario y fuerte, y su concepción del Ecuador como una familia patriarcal demostraban su menosprecio a los sectores populares.
Este trabajo estudia los rituales electorales, analiza la oratoria de Abdalá Bucaram para comprender la imagen que presentó de sí mismo como el «líder de los pobres». A lo largo del texto se establecen las interacciones entre la política y la vida cotidiana, para explicar la manera como se configura la cultura política en Ecuador.