El reconocer las potencialidades de lo regional, no puede abstraer las desigualdades y exclusiones que se producen a su interior, actualmente mayores debido a los efectos de la globalización y los designios del mercado, aceptados como absolutos y necesarios por los gobiernos y los grupos de poder económico locales, que desterritorializan la producción y a través de la privatización segregan los servicios públicos hacia los que más tienen, convertidos estos en islas de bienestar.