Los trabajos sobre los descendientes de los esclavos africanos se han basado en las categorías de raza y racismo, mientras que los estudios de los indígenas se han llevado a cabo privilegiando las categorías de etnicidad y cultura.
Si bien los cambios globales son importantes para explicar esta nueva preocupación por el racismo, los movimientos y las organizaciones indígenas y de afroecuatorianos han jugado un rol fundamental. Una de las dificultades de quienes estudian el racismo es explicar los mecanismos concretos a través de los cuales éste se reproduce sin recurrir a juicios morales.
Los afroecuatorianos, a diferencia de los indígenas, no fueron objeto de políticas estatales que los identifiquen y señalen como tales hasta los años noventa. Tampoco ocuparon el mismo papel que los indígenas en las reflexiones de los intelectuales sobre el desarrollo de la nación.