La revolución industrial trajo consigo una apetencia insaciable de combustibles y minerales, promoviendo la aparición de sujetos, que conformaron grandes empresas, de personal beneficio, esta es la esencia del actual capitalismo. Requerimientos de la industria y el afán desmesurado de riqueza, han ido históricamente aparejados en el deterioro de nuestra razón de ser como Homo Sapiens, pues ya no razonamos, no nos relacionamos con el otro, este y aun el propio cuerpo, son nada más que mercancía, por ende, ese otro componente del nosotros, lo es. Un cada vez mayor número de intelectuales y textos, advierten la inviabilidad, la no resiliencia, de este voraz consumismo y destrucción de la naturaleza y la vida.