En los últimos años se ha tornado relevante la problemática del poder judicial. Si ya el estudio del Estado resulta complejo, por la trama del secreto que envuelve los lugares de toma de decisiones y formulación de las políticas públicas, más aún, el escrutinio del poder judicial está cargado de inmensos misterios. Para el ciudadano común, todo aquello que tiene que ver con las instituciones judiciales resulta algo inaccesible. Allí reinan los lenguajes cifrados con oficinas atestadas de expedientes donde funcionarios y jueces tramitan procesos judiciales en tiempos poco predecibles. Las encuestas de opinión recogen constantemente la desconfianza de la población en el sistema judicial.