La relación entre el desarrollo económico y la naturaleza tomó un giro sustantivo en el capitalismo industrial. La necesidad incesante de materias primas y alimentos dieron lugar a la destrucción de la naturaleza y a la expansión de la frontera agraria. Desde los años setenta del pasado siglo, la problemática del deterioro y contaminación ambiental, sus efectos en el cambio climático y la constatación de que los recursos naturales son finitos, limitados y no renovables, impulsaron estudios, debates y movimientos de protesta social, tendientes a replantear el modelo vigente de desarrollo.