El triunfo de Rafael Correa, electo presidente en las pasadas elecciones de noviembre 2006, significa por un lado, el ingreso del Ecuador a ese grupo de países principalmente en América del Sur de la llamada “nueva izquierda”, proveniente de la dura crítica al modelo neoliberal que se convirtió en razón de Estado sobre todo en la década de los 80 y 90. Para el caso ecuatoriano, el fin del control oligárquico del poder, el de la “partidocracia”, es a la vez que una demanda societal, un requisito para un orden social democrático con capacidad de redistribución social. Este número de Ecuador Debate dedica como otro tema central, el clientelismo político, ampliamente popularizado por los medios masivos, de comunicación, sobre todo en tiempos electorales; es comúnmente tratado como uno de los grandes males de nuestras democracias representativas.