Varias décadas han transcurrido desde que los distintos organismos internacionales e instituciones financieras han sugerido paradigmas, recetarios y modelos de intervención para el desarrollo en nuestros países. A lo largo de estos intentos y aplicaciones, pocas de ellas exitosas, en su mayoría criticadas incluso por los mismos decisores de políticas, se ha generado un debate abierto sobre las implicaciones y efectos que éstas han tenido en los contextos económicos, políticos y sociales de los países de la región. Resultados alarmantes expresados en el deterioro de las condiciones de vida de la población; una deuda externa galopante que limita el crecimiento y el desarrollo humano; debilitamiento del Estado nación; reformas institucionales inconclusas; pérdida de la capacidad competitiva de los sectores productivos sujetos a un proceso de globalización inequitativo y asimétrico; desregulación de los mercados financieros nacionales a costa del posicionamiento de entidades bancarias muchas veces involucradas en actos de corrupción; fragilidad en los sistemas de seguridad alimentaria, ambiental y humana; son, entre otras, algunas de las características e impactos de esta sujeción a las directrices internacionales. En el presente número de Ecuador Debate, entregamos a los lectores una serie de posiciones, artículos y ensayos que tratan de analizar y exponer los distintos ámbitos de lo que hemos denominado desórdenes neoliberales que nos remiten a una serie de temas pendientes de la política y la economía en nuestros países.