La transformación de la sociedad rural, es un proceso que debe mirarse de una forma multidimensional. No se trata únicamente de la “desaparición” de lo rural o de su transformación en un “apéndice” de lo urbano, sino de la recuperación productiva de una sociedad que tiene potencialidades en todos los niveles.
Con frecuencia nos hemos acostumbrado a mirar el sector rural como sinónimo de atraso y estancamiento, donde se encontraría al grueso de la población «pre-moderna» o «anti-moderna» con muy pocas capacidades para salir por si misma de la situación de pobreza y que dependería de la «inyección» de desarrollo y modernidad que vendría supuestamente de fuera.
El caso de Tungurahua resulta un fenómeno contrario al que ha sido registrado en los procesos de desarrollo rural en la Sierra, pues en esta se inscribe una importante iniciativa económica de corte popular, que nos permite entender este desarrollo desde adentro y hacia afuera.