En épocas de crisis son siempre las políticas sociales el «tendón de Aquiles» de todo gobierno. Pero cuando la crisis arrecia y se encuentra agudizada, como en la actualidad, por las «políticas de ajuste» que los mismos gobiernos se imponen e imponen a la sociedad para seguir pagando y seguir beneficiándose de la Deuda Externa, la brecha que se ensancha entre las «políticas antisociales» y las «políticas sociales o compensatorias», sólo puede ser cubierta, en parte, con cataplasmas (o programas de alivio) más políticas que sociales, y en parte, con slogans ilusorios como es el supuesto «pago de la deuda social». Consideramos que la falta de recursos del Estado hace cada vez más difícil saldar esta «deuda social», pero nos parece que destinar los escasos fondos disponibles para programas o campañas si no de dudosa eficacia por lo menos de intereses o necesidades ni tan urgentes ni tan acuciantes, hace cuestionables tales políticas sociales.